"Una mirada lo cambia todo: la perspectiva, la luz, la sombra, el verso... la palabra."
Fecha de publicación: 30 de abril de 2019
La novela "El vendedor de abanicos" nació y creció en mi corazón durante años hasta que fue necesario "parirla" y que viese por fin la luz. Fue escrita entre Madrid y Peñíscola. Una buena parte frente a un mar bravo, que por las noches me despertaba con su agitada rompiente. En cada capítulo que escribí frente a ese oleaje atronador estuvo mi madre, que escuchaba con paciencia las historias de cada uno de los abanicos, de las mujeres que los compraban, los robaban y la irremediable fuerza de la vida. En aquel momento, no sospechábamos los obstáculos que se nos presentarían en el camino, por lo que quiero pensar que la fuerza con la que se creó esta novela es la misma fuerza con la que hemos afrontado y seguimos afrontando cada curva, cada freno, cada avatar, cada tristeza. Por eso está dedicado a ella: "A saltos, a danzas, a sueños..." pues fue ella la que me contó que siendo niña, cuando los gigantes y cabezudos cruzaban la plaza del pueblo de su madre, Aranda de Duero en Burgos, con sus alegres movimientos, ella siempre los seguía, saltarina, contenta y terminaba por perderse entre su música y juegos. Su madre, mi abuela, solía regañarle por sus escapadas, que volvía a repetir siempre que se presentaba la ocasión y sin ningún miedo al castigo... (y mi abuela daba buenos pescozones). Mi madre siempre ha sido así, rebelde, siempre arañándole a la vida un pedacito de libertad y escondiendo el miedo para no asustarnos con su dolor. Aún sigue igual, rabiosamente independiente, a veces demasiado. No le gusta que la controlen...
En diciembre de 2018 Eirene Editorial publicó esta novela que fue presentada en Espacio Ronda. Yo asistí, aunque durante un momento fugaz pues mi madre estaba en el hospital y me prometí a mi misma que cuando pudiera ser y ella se encontrase mejor lo presentaría de nuevo, "a saltos, a danzas, a sueños..."
Es ahora en este mes de mayo que volverá a presentarse con su presencia, bastante mejor de lo que estuvo en diciembre; espero que siga mejorando. Está animada y feliz de ver cómo "El vendedor de abanicos", libro que ella vio nacer se bautiza con cantos y danzas...
Será, el próximo 23 de mayo a las 19 horas en la librería LA LUMBRE en Pacífico, un espacio coqueto, con un escenario en el que también habrá danzas gracias a Gerson A. de Sousa, bailarín y coreógrafo brasileño (mi alma gemela), además de una canción de Lorca, la Nana de Sevilla, que forma parte de una de las historias, y que será interpretada por Tracy, una soprano con una voz impresionante.
Una de las danzas que interpretará Gerson se hará en honor de Oyún y Jemanyá. Dos diosas Orishas que llevan abanicos y tienen relación con los ríos y el mar. Ellas aparecieron mágicamente en la obra, tras mi relación con el mar. Muchas veces me despertaron en medio de la noche; el rugido de las olas me habló de ellas, delicadas, sensuales pero a la vez llenas de fuerza y valentía.
Y habrá otras sorpresas en la presentación...
Por otro lado, la estructura de esta novela es curiosa, diferente. Me inspiró mucho la obra de Álvaro Cunqueiro, "Merlín y familia" que disfruté muchísimo ese verano de 2016. Su estructura, los relatos y personajes que en él se desarrollan me parecieron de una magia y una belleza muy especial.
El vendedor de abanicos consta de tres partes: La primera y la última parte se refieren a la vida del vendedor, sus avatares, los personajes que conoce y la segunda parte está dedicada a las historias de las mujeres que compran sus abanicos, aunque hay alguna que también lo roba. Mujeres con unas historias singulares entre el desamor, el realismo mágico, la esperanza, la soledad, el olvido, la danza. Las historias son inventadas, pero tienen también parte de realidad, pues reflejan la vida de algunas de mis ancestras (mi abuela, mi madre, mi tía) y también de mujeres que conozco y a las que entrevisté. Hay en todas esas historias una belleza y una verdad que me conmovieron profundamente y dejé plasmados sus alientos, sus caminos de ida y vuelta, sus desvelos, pues tengo el convencimiento de que entre este duermevela entre lo real y lo imaginado es donde viven y respiran todos estos personajes, con vidas humanas, pero también con alas de invención.
Las frases que inician a modo de cita cada uno de los relatos de la segunda parte de la novela, 16 en total, son los pétalos de un abanico...Vientos refrescantes, apasionados, tristes o alegres... Vientos que nos permitan volar.
Ahí van:
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