"Una mirada lo cambia todo: la perspectiva, la luz, la sombra, el verso... la palabra."
Fecha de publicación: 8 de marzo de 2008
Destronado invierno
Cristina Mª Menéndez Maldonado
Prosa poética perteneciente al libro colectivo "Poemas para plantar primaveras" Marzo 2008
El pincel se desangra en acuarelas ocres sobre la
escarcha líquida.
Primerizos verdores destapan la
magia, que desnuda, recorre el jardín en deshielo.
Sueña el invierno…La diosa despierta
El viento eleva su mano para alcanzar el pincel,
que gotea espejos sobre la hierba naciente.
Después suspira, perezosa, envuelta en gasas de niebla fina que el sol deshace con sus ecos.
Rosas, nieve… Lirios, escarcha…Violetas, agua...
Destronado invierno…
Con suavidad desviste la tormenta, para dibujar
senderos templados en color. Sus labios siembran
palabras sobre el jardín encendido, y se liberan las formas,
una a una, dando nombre a los prodigios.
El invierno gotea incurable…
Puzzle a la deriva de piezas frías busca refugio entre las sombras…
Jazmines
Una mariposa muestra su ala azulada y media sonrisa,
empujando con sus largas piernas de bailarina,
la cárcel-crisálida que le dio cobijo.
Sobre el árbol viejo, descreído de eterna juventud,
vuelven a enredarse las hojas; despeinados
fuegos de artificio en un despliegue de formas, frutos
y tonalidades.
El tronco libera agridulces resinas creando
espejismos, y la vida se expande, primeriza, ante el
asombro del viento, que dispersa cenizas de acuarela
sobre los campos.
El invierno se esconde, enmudece… Corazón sin
ritmo…
Amapolas
La brisa aviva el fuego leonado que se agita,
mostrando afilados dientes. Cupido roba los conjuros de amor que hierven
en matraces de hechicera.
El agua rompe el cristal helado con acordes
de manantial, y dispersa los aromas, que juguetean
con el aire.
En círculo, las tres gracias danzan, desafiando
al invierno, en un compás de soñera y tambor cadente.
De sus manos entrelazadas, blanquísimas, se
descuelgan margaritas, lirios, azucenas, floras y faunas,
desplegando un laberinto en espiral que puebla
la llanura.
Latido invernal sin pulso, escarcha vencida…
Violetas
Sobre la fuente descansa ahora el pincel durmiente.
La yedra ha alcanzado la estrechez de sus
curvas de pequeña escoba, en un abrazo sumiso
que se deja empujar por la brisa. Sobre las aguas
danzantes, se descuelgan dorados hilos con promesas
de verano.
Ya el viejo dragón retrocede, tropezando en los
brezos.
El anciano invierno tose pequeñas lenguas heladas;
su último aliento de boca derretida antes
de cerrar los ojos, antes de ocultarse…
Venus descansa, desnuda, cerca del arroyo, con los
ojos entrecerrados y la mirada dulce.
Madreselvas se enredan en su pelo,
amarrándolo a la tierra hambrienta,
que bebe de sus pechos la savia virgen.
En su espalda, trozos de espejo aún durmientes
reflejan la aurora y el arco iris se expande,
mostrando un botín cristalino sobre su ombligo.
La mano se acomoda extendida, abierta de
par en par y libera hechizos…
Ya todo es magia… Primavera.
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