El despertar de Pradolongo.

Fecha de publicación: 10 de julio de 2016

Todos los días, cuando paseamos por  Pradolongo, vemos a muchos bolivianos practicando sus danzas. Los rincones del parque se llenan de música, de risas, hasta bien entrado el atardecer.

Hace poco, en uno de esos paseos nos sorprendió un pasacalles boliviano, con esas mismas danzas, esta vez repletas de colorido, con trajes de diferentes regiones de Bolivia. Fue estupendo vivir y sentir el latido de otros mundos en este barrio humilde de Madrid. 

Cuando preguntamos a una de las personas que participaba en el evento,  nos dijo que pertenecían a La  Federación  de Integración  de Asociaciones Culturales Bolivianas, FIACBOL, que ofrece a los Madrileños de diferentes barrios de Madrid su folclore y tradiciones. 

En este caso, el ayuntamiento promovió estos espectáculos como parte de la dinamización del parque, que tan mala prensa ha tenido los últimos años.  Yo que paseo habitualmente por el parque siento que su energía ha cambiado, y que hay muchas personas que disfrutan de los espacios de juego, de las mesas para merendar, que celebran cumpleaños y fiestas al aire libre. Es un parque que por fin se vive, con energía positiva y buen rollo. 

Nosotros, que vamos habitualmente al parque a pasear, creemos firmemente que esta iniciativa es muy positiva para Pradolongo y para los vecinos del barrio, para así crear entre todos una energía sana.

Lo importante es que ahora podamos disfrutarlo. A mi este lugar me da mucha vida. Veo a las golondrinas hacer círculos sobre el lago para desayunar, a los pájaros carpinteros y abubillas que viven en el parque. También a las libélulas que revolotean cerca del lago. Creo que es hora de que la gente empiece a cambiar la visión de este lugar. A mi particularmente me da mucha vidilla, es el pulmón que tengo cerca para reconectar con los árboles, con la mini-naturaleza en medio de esta vorágine urbana. 

Pradolongo necesita iniciativas de este tipo y que entre todos disfrutemos y apoyemos nuestros espacios comunes. Todas las fotos que incluimos en esta reseña son de Gerson A. de Sousa Oliveira.