El eucalipto
Hace más de un año / Simbología / 1
"Una mirada lo cambia todo: la perspectiva, la luz, la sombra, el verso... la palabra."
Hace más de un año / Simbología / 1
Fecha de publicación: 12 de diciembre de 2016
«Huelo tu alma, hecha de viento y verdor. Huele a tibia reconquista, la de tu sangre que asciende hacia el cielo. Tu plegaria hecha de nanas y savia»
Hoy he comprendido un poco más sobre este árbol mágico para mi. He ido a verle, he apoyado la espalda sobre su tronco y he entendido algunos porqués, del eucalipto y de nosotros los humanos. Cuentan que este árbol crece en espiral, como un muelle que trata de alcanzar el cielo, ahora sé que también a sí mismo, a su centro. En cada vuelta, en cada espiral deja parte de su corteza, es como si mudara de piel. La torsión hace que muestre su interior, es un viaje hacia su propio centro, igual que nosotros, los humanos, cuando nos deshacemos de lo superfluo. Vamos dejando nuestra propia piel en cada vuelta, en cada giro hacia nosotros mismos. Una danza de reconexión y a la vez buscando nuestro más íntima esencia encontramos lo celeste, que siempre vivió dentro de nosotros.
1 COMENTARIO
M. Teresa · Hace más de un año · Responder
Precioso sentimiento, bien explicado, con un amor inmaterial hacia lo mas bello q Dios nos regala. Gracias Cristina por compartir tu sensibilidad.