PALABRAS

"Una mirada lo cambia todo: la perspectiva, la luz, la sombra, el verso... la palabra."

LA HILANDERA DE SUEÑOS

Hace más de un año / Relatos / 0

Fecha de publicación: 1 de noviembre de 2018

LA HILANDERA DE SUEÑOS

Nº Propiedad intelectual: 1811058949024

Cristina Mª Menéndez Maldonado

Mares de sueños salían de su rueca. Brillantes como el primer rayo de la alborada, impetuosos y libres como amantes en la oscuridad de un cuarto-paraíso.

Su viejo pedal de madera astillada, el huso bailón sobre la rueca, y los sueños, hilos de tiempo estremecidos por el deseo del durmiente.

En su espacio de vaivenes no existe el cansancio ni la desdicha. Sólo deseos felices gobiernan el estremecido circulo donde la hilandera teje incansable.

A veces, pero sólo a veces, se para a mirar algún don, que enredado en la rueca, espera ser liberado. Es en ese instante en el que se vive humana, mortal, y recuerda algún amor olvidado al releer las cartas guardadas entre paños de seda.

Reza, lo suele hacer te lo aseguro, pero su oración es una plegaria viva que le ayuda a contar los sueños, uno a uno, para enviarlos al mundo con su membrete: «Hilandera de Sueños. Se tejen deseos desde el anochecer hasta el alba.»

Cuando hace girar su rueca, acaricia el aire, y la brisa que sale de sus manos acuna los velos, las telas, los encajes, y la sala parece un barco sujeto al capricho de la tempestad.Entonces el corazón le late con fuerza y las imágenes se agolpan en el huso reclamando la libertad.  Ese es el momento único, irrepetible, en el que un anhelo adquiere la magia eterna de un instante y el durmiente goza en sus quimeras…

Cuando la rueca descansa el mundo se torna silencio, entonces la hilandera se retira a su lecho. Ya no hay brisa, la eternidad de las horas dibuja olvidos en la rueca y el aire huele a siglos. Sólo algún hilo perdido, corto e inestable gotea desde el huso, como una esperanza sin raíces resbalando en el tiempo.

Ahora el polvo cubre los sueños. Los que son dorados, los azules y amarillos se tornan blancos bajo el peso de la bruma. Debajo, los anhelos secretos, los misterios velados, laten como un ruego ebrio, luz encerrada reclamando su libertad.

...Solo si la hilandera despierta, la magia regresa y la música se balancea de nuevo sobre los hilos. La luz vuelve como barriendo la quietud, y el silencio abraza  los sonidos para morir con el viento.