"Una mirada lo cambia todo: la perspectiva, la luz, la sombra, el verso... la palabra."
Fecha de publicación: 10 de enero de 2021
LAS DOS CARAS DE LA NIEVE
Por Cristina Mª Menéndez Maldonado
En este mes de enero de 2021 la Comunidad de Madrid especialmente, y el resto de la Península Ibérica, vive una de las nevadas más grandes de su historia. La nieve ha borrado caminos, carreteras, calles y el paisaje al que estábamos acostumbrados no parece el mismo. Un manto blanco cubre nuestras referencias visuales y nuestro entrenado GPS interior urbano, queda fuera de juego.
A mi que siempre me gusta buscar lo simbólico de todo, las señales, veo en lo ocurrido varias cosas interesantes. En primer lugar, este borrado de referencias "visuales" va muy en paralelo con lo que la mayoría de los astrólogos comentan de este recién nacido 2021, que inaugura o es umbral de la Era de Acuario. Parece que la naturaleza nos invita con una contundente nevada a diseñar nuevos senderos, a reinventarnos y reinventar nuestra manera de ver el mundo. A ser creativos, a "jugar".
Hasta ahora, tras un año tan complicado como 2020, muchas personas le han temido a la "vida" para no morir. Gran contradicción que me da mucha tristeza.
Por otro lado, en la antigüedad, los romanos llamaban a enero, Januarius, guardián de las puertas, caminos y puentes. Jano bifronte, un dios con dos caras (una hacia el pasado, otra hacia el futuro) tenía en su poder las llaves que abrían las puertas a los solsticios. El solsticio de verano, día en el que el Sol se hallaba en su punto más álgido, era conocido por los romanos como Janua Inferni – la Puerta del Infierno – mientras el de invierno recibía la denominación de Janua Coeli – la Puerta del Cielo.
La nieve también tiene dos caras: la externa, blanca, símbolo de pureza y la interna, con sus bellísimos cristales. Un elemento natural que también nos invita a jugar como niños, a sentir, tocar, escuchar el crujido de la nieve bajo nuestros pies, lejos de un mando a distancia adictivo...Pero también a tener precaución, a no resbalar y ha supuesto muchos inconvenientes para trabajadores, personal sanitario, enfermos. Dos caras de un mismo acontecimiento que también nos hablan de que no estamos preparados para lo imprevisto, que viajamos pensando que nuestro traje de "consumidores", de "asalariados" con maletín y móvil de última generación con funda de marca, nos ofrece, a través de avezados buscadores, "todas las respuestas". Pero ese mundo al que estamos acostumbrados es limitado y tiene fecha de caducidad.
Una ciudad del primer mundo colapsada por la naturaleza. Una "tremenda" paradoja que contrasta con esta "fabulosa" nevada de estos días. Eso me recuerda una frase muy acertada para estos tiempos. "Dios perdona siempre. El hombre a veces. La naturaleza, nunca". Una variación tan brusca de temperatura expone una realidad que no queremos mirar de frente. El cambio climático está ahí mismo, frente a nuestra nariz.
Y siguiendo con los símbolos...2021 suma 5 y en numerología el 5 es el cambio. Siento que es necesario tomar conciencia de un cambio a todos los niveles: personal, ciudadano, planetario. Nuestras referencias están cayendo una a una como una torre de naipes.
A pesar de la tristeza de ver árboles rotos también presiento que "la semilla de lo nuevo palpita en la cáscara de lo viejo."
Aquí os dejo varias caras de esa nieve en la que nos hemos dejado llevar por lo creativo. Y el recuerdo de haberme cruzado con otros seres humanos tan alucinados como yo por esta estampa. También por la divertida aventura de un señor mayor que se dejó llevar ladera abajo como un niño gritando de alegría, "Chévere" decía, sin parar de reír.
Por la noche, cuando fui a dormir, al cerrar los ojos veía nieve caer, y esa imagen de todo blanco a mi alrededor como una postal me acompañará siempre. Una estampa viva que reitera esa señal de cambio que siento que tengo que hacer en mi vida. Ahora el único GPS que necesito viene del cielo. ¡Qué así sea!
1 COMENTARIO
Ana Yajaira Salazar · Hace más de un año · Responder
Excelente reflexión, que nos invita a detenernos y mirar dentro, para así ajustarnos afuera... Felicitaciones