Ribadeo. Un destino para todos los gustos
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"Una mirada lo cambia todo: la perspectiva, la luz, la sombra, el verso... la palabra."
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Fecha de publicación: 24 de julio de 2017
Ribadeo, un destino para todos los gustos.
Texto: Cristina Menéndez Maldonado. Fotos: Gerson A. de Sousa
El Viaje
Ribadeo es destino ideal para todos los planes. La belleza de este litoral gallego, sus mareas vivas, la tranquilidad de sus gentes, lo convierten en un lugar diferente e inolvidable, apto para todos los públicos y gustos.
Si viajamos en pareja, con familia o amigos, queremos vivir de cerca fiestas llenas de historia y tradición o degustar una gastronomía variada, esta será siempre una muy buena elección.
Hasta este municipio del noroeste gallego, en la provincia de Lugo, arriban turistas procedentes de todo el mundo. Desde Nueva Zelanda, Tasmania, Canadá o la vieja Europa, llegan atraídos por la enigmática “playa de las Catedrales”, conocida también como la playa de “Aguas Santas”.
Pero eso no es todo. La situación geográfica de este municipio de la Mariña Lucense, que limita con el Principado de Asturias, ofrece muchas otras posibilidades. Una variada lista de hoteles y casas rurales, rutas por sus diferentes playas, visitas a su casco histórico, áreas recreativas y multicine para los más pequeños, entre otros, completan un catálogo de lugares pintorescos que no pueden perderse.
Qué visitar
Ribadeo ofrece al visitante varias rutas que permiten disfrutar del litoral desde diferentes perspectivas, por lo que es interesante estar informados de las mareas
Ruta de las playas:
Esta ruta, por las playas más sorprendentes y únicas de todo el litoral español (declaradas patrimonio natural protegido), comienza en el pintoresco puerto de Rinlo, con más de medio siglo de historia. Pueblo pescador, ballenero en el pasado, hoy se define como uno los lugares donde el marisco (percebes, langostas, bogavante, centollo, etc) se cría con mimo y es un deleite para los paladares más exigentes.
Impresiona el golpeteo incesante del mar sobre las rompientes y ese olor a salitre que el viento se encarga de avivar. Desde este lugar cargado de historia de hombres y mujeres de mar, llegamos hasta la playa de los Xuncos y un poco más adelante a la de los Castros unida durante la bajamar con la playa de las Islas. No mucho más lejos la de Esteiro, que nos anuncia con sus formas rocosas y finos arenales la sorpresa que ha de venir. Esa playa de la que tanto se habla y que es reclamo para el turismo internacional: “La playa de las Catedrales”.
Ni siquiera las mejores fotos pueden captar completamente la belleza inusual, única de “Aguas Santas”. La brisa del mar, el olor a sal y esa luz cambiante, revoltosa, de un atardecer o un amanecer irrepetible, crean la atmósfera necesaria para que perdamos el aliento.
Las mareas vivas son las propiciadoras de esa magia siempre cambiante, que no deja a nadie indiferente. La pleamar mantiene el misterio cubriendo con sus aguas las rocas, y ese es el momento de pasear por la costa, a través de un camino de tierra, hecho a base de pisadas y tiempo, pues según comenta una lugareña, son los caminantes los que han propiciado que paso a paso se habilite este sendero.
Más tarde, cuando llega la bajamar, nos convertimos en espectadores de lujo de un monumental conjunto de formaciones rocosas, que se elevan como catedrales, de ahí su nombre, y que podemos recorrer sin restricciones, para atravesar sus arcos o cobijarnos en sus cuevas.
Estos impresionantes monumentos naturales cobijan cuevas y lagunas repletas de lapas, mejillones y pequeños peces, donde el mar cristalino y azulado sobrecoge por su color y belleza. La piedra aún mojada, brilla con el sol, creando un caleidoscopio de capas y colores asombrosos. En una de aquellas grutas nos encontramos con una sorprendente cúpula, que el mar ha pulido cuidadosamente a lo largo de los años. Parece la más sagrada y misteriosa de todas las catedrales que contemplaremos en “Aguas Santas”. Simplemente “impresionante”.
Cuando retorna el flujo y las olas tratan de alcanzarnos, es el momento de alejarse, pues el mar es rápido y en poco tiempo regresa para borrar todas las huellas. Más de un turista confiado ha tenido que salir corriendo, alertado por los socorristas (pocos quieren el puesto, según nos explican, pues el mar es peligroso y a menudo los visitantes no hacen caso de las señales).
A lo lejos, el horizonte es apenas una delgada línea oscura que de no existir nos parecería que cielo y el mar son la misma cosa.
Por más que vayamos una y otra vez a esta playa, siempre nos queda las ganas de volver.
Ruta de los miradores:
Pasear por el casco histórico de esta localidad de la mariña lucense, es otra de las opciones para aquellos amantes de la historia.
Desde la plaza de España, tras la emblemática Torre de los Moreno (de estilo modernista de principios del s. XX), podemos recorrer alguna de sus calles, con dirección a la denominada calle Obispo Veres, donde se encuentra el mirador de la Atalaya (que fue punto estratégico y defensivo para la villa), y su ermita del mismo nombre. También podremos visitar el puerto deportivo de Porcillán o dirigirnos al paseo del Faro, en el que contemplaremos las mareas vivas en el mirador de la capilla de San Miguel, del que no se conoce la fecha exacta de construcción. También son bellas las vistas desde O Cargadoiro (antiguo cargadero de mineral de hierro) cercano al fuerte de San Damián (Construido en el s. XVII con finalidad defensiva. Hoy convertido en sala de exposiciones) y a la isla Pancha.
De regreso a la villa, tras la capilla de la Virgen del Camino aparecen señalizaciones que nos indican la dirección hacia el mirador de Santa Cruz, desde el que podremos contemplar una vista general de la ría de Ribadeo y que cuenta además con un área recreativa con barbacoas y juegos para los más pequeños. Y si el tiempo no acompañara, también podemos optar por ir al cine, pues el municipio cuenta con un multicine (Cinelandia), inaugurado en el año 2002.
A 26 Km de Ribadeo es visita obligada la Basílica más antigua de España, San Martiño, así como la catedral de Mondoñedo. Cerca de esta localidad hay un recorrido, perteneciente a la llamada “Ruta del agua” que transcurre por un abundante bosque a través del “Camino de los molinos” que culmina en el denominado “Salto del coro”, una cascada de gran belleza.
Cómo llegar
Desde Madrid a Ribadeo hay unos 615 km hacia el noroeste.
Aunque la mayoría de los GPS indican como ruta más rápida, la que pasa por Oviedo, los ribadenses recomiendan pasar mejor por Lugo para evitar carreteras complicadas.
Aproximadamente se tardan unas 6 horas y media. Tomaremos la carretera de la coruña A-6 durante 414 km hasta llegar a la salida 522AB para incorporarnos a la autovía del Cantábrico/E-70/A-8 dirección Ferrol/Oviedo durante aproximadamente 41,6 km. Después iremos dirección LU-0105, tras lo cual tendremos que dirigirnos a la E-70/N-637 carretera hacia Mondoñedo. Después tomaremos la A-8 y finalmente la 505 Ribadeo/N-642/Vegadeo que nos llevará tras tomar la dirección N-634 de la Ctra. De Amariña a Ribadeo.
Comida
La cocina gallega es tan sabrosa como variada y Ribadeo cuenta con buen número de restaurantes caseros, en los que se pueden degustar tradicionales platos como el caldo gallego, que reconforta los ánimos y esas lluvias imprevistas que nos sorprenden sin paraguas, el lacón con grelos, plato típico de invierno, el cocido gallego o las empanadas rellenas de mariscos, pescados variados pimiento y cebolla, etc.
El arroz caldoso con bogavante es una de las especialidades más demandada junto con el camarón, los chocos, la nécora o los apreciados percebes, sin olvidar el “pulpo a feira” preparado con pimentón, sal y aceite en crudo, reclamo para todos los amantes de la buena cocina y los sabores intensos.
El queso, el pan, horneado a fuego lento, junto con un buen vino Alvariño, Ribeiro o Valdeorras tampoco pueden faltar. Al igual que la “Queimada”, con su rito espantador de brujas, que abriga leyendas y encantamientos.
Y en los postres, las filloas de leche, la tarta de queso y frutas del bosque, la empanada de manzana o las orejas de carnaval, son otros de los reclamos de esta cocina variada y exquisita.
El embrujo de la queimada
El símbolo celta conocido como el Trisquel y que está compuesto de tres espirales cuyo significado representa a tres de los elementos de la naturaleza: la tierra, el agua y el fuego, está interrelacionado, para algunos historiadores, con el ritual de la queimada.
El puchero de barro simbolizaría para los investigadores a la tierra. En él se mezclan, como el agua, segundo de los elementos, el aguardiente, el azúcar y las ralladuras de limón, al tiempo que el fuego salta avivado por el alcohol incendiado, purificando las almas. Y el conjuro, pronunciado con solemnidad le otorga a la mezcla ese sabor ancestral de las tradiciones.
Conjuro (Pronunciado durante la preparación del curioso brebaje)
“Búhos, lechuzas, sapos y brujas.
Demonios, duendes y diablos, espíritus de los campos en nieblas.
Cuervos, pintigas y brujas, hechizos de las curanderas.
Podridas cañas agujereadas, hogar de gusanos y alimañas,
fuego de las Santas Compañas, mal de ojo, negros hechiceros, olor pestilente de los muertos, truenos y rayos.
Aullido de perro, pregón de la muerte, hocico del sátiro y pie del conejo.
Pecadora lengua de la mala mujer casada con hombre viejo.
Averno de Satán y Belcebú, fuego de los cadáveres ardientes, cuerpos mutilados de los indecentes, pedos de los infernales culos, mugido de la mar embravecida.
Barriga inútil de la mujer soltera, maullido de los gatos que andan tras las gatas en celo, placenta puerca de la cabra mal parida.
Con este cazo levantaré las llamas de este fuego que asemeja a las del Infierno, y huirán las brujas a caballo de sus escobas, yéndose a bañar a la playa de las arenas gordas.
¡Oíd, oíd! los rugidos que dan las que no pueden dejar de quemarse en el aguardiente quedando así purificadas.
Y cuando este brebaje baje por nuestras gargantas, quedaremos libres de los males de nuestra alma y de todo embrujamiento.
Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego, a vosotros hago esta llamada: si es verdad que tenéis más poder que la gente terrena, aquí y ahora, haced con los espíritus de los amigos que están fuera, participen con nosotros de esta Queimada”.
Información útil
El idioma.- español y gallego. Por tratarse de un lugar muy turístico en muchos de los hoteles y casas rurales se maneja el inglés y otros idiomas.
El clima.- Es oceánico húmedo, con temperaturas suaves (entre los 13-14º), lluvias moderadas. Los inviernos son templados y los veranos frescos.
La electricidad.- es de 220 voltios CA, 50 Hz.
La moneda oficial.- es el Euro (EUR). Hay cajeros automáticos en el centro de la ciudad.
La comida.- Se come entre las 14:00 y 15:00, aunque los horarios varían en función de la demanda, que tratándose de turistas extranjeros se hace antes. Al igual que la cena, que suele ser después de las 20:00. Los lugareños acostumbran a "tapear" . La banda de música del municipio tiene muchos años de historia.
Alojamiento.- Hay toda una variedad de hoteles y casas rurales con encanto para todos los gustos.
Las tiendas.- El horario es similar al de los comercios del resto de España. Se cierra los domingos. Hay tiendas de antigüedades muy pintorescas y establecimientos comunes a otras localidades.
Leyendas
Al parecer, en la ría del Eo (así llamada a la Ría de Ribadeo en Asturias) descansan, según algunas fuentes documentales, restos de varias embarcaciones españolas (la fragata “San Francisco” y el Bergante “El Galgo de Andalucía”) que se hundieron en 1719. Arqueología sumergida que reposa en las profundidades.
Las brujas de Ribadeo
En el blog “Atalaia” de Ribadeo, Pancho Campos se refiere a una historia de “meigas” ocurrida entre los siglos XVII-XVIII que se decía que envalentonaban con pócimas preparadas por ellas, a los marineros que se echaban a la mar para que se enfrentasen contra los piratas ingleses que hostigaban las costas del cantábrico. Los brebajes llevaban mezclas de plumas, uñas de gato, patas de rana, aletas de cazón o trozos de lechuzas, con hojas de laurel y abedul. De todo ello hacían un caldo que mezclaban con vino azucarado. Y los pobres hombres de mar no le temían a ningún corsario por terrible que pareciera.
La leyenda de la Maruxaina
Cercana a la localidad de Ribadeo, en San Ciprian, persiste una leyenda, que habla de una sirena de gran belleza, mitad mujer, mitad pez. La historia relata que esta nereida del mar cantábrico vigila el mar desde una cueva, en la isla de Sombriza. Desde ahí toca su cuerno para avisar, como algunos piensan, de la peligrosidad de las tempestades. Otros, sin embargo, creen que para embrujarles con sus cantos.
Los más realistas hablan de unos pájaros llamados maruxainas que vuelven a la tierra cuando hace mal tiempo, avisando así de los peligros a los marineros.
Desde 1985 se celebra la fiesta de la Maruxaina, el segundo sábado del mes de agosto, en la que se escenifica un juicio para determinar si la sirena es buena o mala y en la que no faltan fuegos artificiales, comida y bebida en abundancia. Una celebración que comenzó de forma improvisada y que ha calado hondo en las gentes de San Ciprian. En su playa, sobre un túmulo de rocas de la playa del Torno, descansa una escultura de la Maruxaina del artista Ángel Cao.
Catedral de Mondoñedo
DATOS DE INTERÉS
Habitantes: Tiene 9704 habitantes distribuidos en sus doce parroquias:
Arante, Cedofeita, Couxela, Covelas, A Devesa, Ove Piñeira, Ribadeo, Rinlo, Santalla de Vilausende, Vilaframil y Vilaselán.
Situación: Noroeste Gallego. Provincia de Lugo. Limita con el Principado de Asturias.
Pertenece a: Comarca de la Mariña Oriental.
Limita: Norte (Mar Cantábrico). Este (Ría de Ribadeo). Oeste (Municipio de Barreiros). Sur (Municipio de Trabada). En la mitad occidental con Augas Santas (Playa de las Catedrales).
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