PALABRAS

"Una mirada lo cambia todo: la perspectiva, la luz, la sombra, el verso... la palabra."

Soy una mezcla extraña de sangres

Hace más de un año / Simbología / 0

Fecha de publicación: 18 de febrero de 2019


Soy una mezcla extraña de sangres. En mi ser se libran batallas, pasiones, pecados, amores, rechazos, muertes y nacimientos, esperanzas...Sí, soy una mezcla extraña de sangres...Tengo ancestros indígenas hasta hace poco desconocidos. Ahora sé que parte de mi sangre tiene su raíz en la tribu de los Maijuna-orejones, que fueron los ancestros de mi bisabuela Teodosia Dávila Maceda, y que componen un grupo étnico de la amazonía peruana que habitan las riveras de los ríos Yanayacu, Sucusari, Algodón y Putumayo en la región Loreto. En esta región  nació mi bisabuela, cerca de la Selva Madre de Dios, en Ucayali.


      Niña Maijuna


También tengo raíces astures (preceltas y celtas) por mis ancestros asturianos y esa inclinación que siempre tuve por lo ancestral, por las tradiciones, los rituales, por lo mágico. Es curioso como mis raíces, casi siempre silenciosas, sumergidas en esa sangre que fluye y avanza por todo mi ser han sido reavivadas de su letargo a través de la palabra escrita.


Cabaña astur


Enfrascada como estoy en este momento en mi nueva novela, siento que las palabras han sido mi sendero, mi puente, mis piedrecitas blancas gracias a las cuales encuentro a cada rato el camino hacia mí misma. Mi vieja alma que ha venido muchas veces y recuerda entre pulsos, sobrecogimientos, asombros, miedos y luchas lo que fueron mis antepasadas y antepasados. 

En este sangre también hay pulsos flamencos, jienenses, burgaleses, madrileños...Seguro que muchos otros más, pero lo cierto es que en esta vida de ahora el pulso que siento con más fuerza, más apasionadamente, son mis raíces indígenas y celtas. La defensa de la Madre Tierra, sus pulsos, rescatar del silencio la voz de mujeres y niños, eliminar tabúes, es de entre todos los impulsos al que con más pasión me entrego en mis escritos. 


A medida que me abandono a las palabras, mientras escribo e imagino a mi último personaje, él me lleva de la mano por senderos entre la naturaleza y el misterio. Siento a su lado el pulso de la vida y me miro en sus ojos como en un espejo. La pasión que veo en ellos es mi propia pasión por la vida, y en cada renglón me dejo fluir para sentir, a través de las palabras, como si solo ellas pudieran acariciar mi alma.

Escribir tiene mucho de mágico, para mí es el ritual más directo hacia la sangre, el fluido del que se alimentan mis novelas, mis cuentos, el combustible de mi altar, la chispa de mis velas, el crujido de mi dolor cuando transito la oscuridad de mi inconsciente para devolver a la luz el tesoro oculto. Es nacer en cada párrafo, vivir en cada línea, morir en cada final y volver a renacer otra vez en un nuevo intento, un nuevo reto...Una nueva historia...

                       Niñas Maijuna

Sí, mi sangre es una mezcla extraña de lo que imagino y que tal vez viví a través de los otros, mis ancestros, tan reales como mis personajes, tan ocultos, valientes o desamparados como ellos, como yo misma en muchos momentos de mi vida, o en todos aquellos instantes en los que no existe la rabiosa inconsciencia de vivir a toda costa...


Vivir, sí... Y escribir...En lo bueno y en lo malo, en la enfermedad y el dolor, en la pasión y en la destemplanza, en la batalla y en la paz... todos los días de mi existencia.